Este artículo es parte de un reportaje que se le hizo al fallecido Doctor Carlos Rodriguez Ajenjo en Septiembre de 2010.
Las adicciones constituyen un problema de salud pública que, como
pocas enfermedades, son capaces de perturbar la vida de las comunidades y
alterar la dinámica de los núcleos familiares.
Se trata de un problema cuya solución representa un gran reto, sobre
todo en cuanto a la necesidad de reducción de la oferta de sustancias
adictivas, lo mismo que de la demanda.
Carlos Rodríguez Ajenjo, titular del Consejo Nacional contra las
Adicciones (Conadic), explicó que una persona que ya desarrolló una
adicción “ha roto con una serie de inserciones sociales, tiene muchos
problemas familiares, tiene muchos trastornos de tipo social, se ha
aislado y se junta con gente adicta, gente que ya abandonó la escuela y
su familia”.
En México, 14 millones de personas consumen cotidianamente tabaco, 4
millones 200 mil son adictos al alcohol, o sea “personas que ya tienen
problemas de dependencia con la bebida”, y 600 mil tienen problemas de
dependencia de drogas ilegales.
El funcionario reconoció que para la juventud, la adicción más
preocupante es el alcohol, seguida del tabaco. Trece millones de jóvenes
están en peligro de desarrollar problemas con el alcohol, dijo.
Los propensos al alcoholismo, “son bebedores frecuentes, que abusan
en el consumo del alcohol. Toman una o dos veces a la semana, en grandes
cantidades y sin motivo aparente”, añadió.
Trayectoria al consumo. Una máxima: Mientras a más temprana
edad una persona tenga contacto con alguna sustancia, más posibilidades
tiene de volverse adicto a la misma.
En México se cumple una regla según la cual de las personas que
consumen tabaco, un porcentaje consume además alcohol, y de ahí otro
porcentaje que consume tabaco y alcohol también consumirá drogas
ilegales, dijo Rodríguez Ajenjo.
“Las edades promedios de consumo para el tabaco bordean los 13 años, de alcohol, los 15, y de drogas ilegales los 18”, detalló.
En promedio, el consumo de alguna sustancia adictiva suele
presentarse entre los 12 y los 25 años, después de esa edad, es difícil
que una persona comience a consumir alguna sustancia. Sin
embargo, la media de consumo es una “tragedia”, porque en esa etapa el
sistema nervioso central aún no ha madurado suficientemente.
“Justo a los 25 años termina la maduración del sistema nervioso, con
la formación de todas las estructuras neurológicas importantes para la
represión. Es la edad de riesgo”, señaló.
Causas. Rodríguez Ajenjo señaló que la adicción es multicausal y
multifactorial. “Una combinación de factores pueden ser los problemas de
personalidad, el desarrollo emocional de las personas, la presión
social del grupo, para ser iguales al grupo, y la disponibilidad de la
sustancia”, explicó.
Lamentó que el tabaco y el alcohol puedan ser adquiridos por personas
menores de 18 años. “Si se va a cualquier tienda a comprar un
cigarrillo no se pide la credencial de elector, entonces la exposición
es muy alta, por eso el riesgo se eleva, por que no se cumplen las
normas, en este caso el reglamento de la ley general para el control del
tabaco o el reglamento de la venta de alcohol”.
Otro problema —prosiguió—, es la oferta de las drogas ilegales, que
ha ido en aumento “dada la situación que desde hace algunos años se vive
en el país, en donde se formó un mercado propio, se dejo de ser un país
de tránsito y se quedo mucha sustancia, principalmente mariguana,
cocaína y mentafetamina”, manifestó.
Entre más desprotección social tengan los jóvenes mayor
susceptibilidad tienen para el consumo, aunque el dinero no es garantía
para evitarlo, destacó el secretario técnico del Conadic. Otros factores
que pueden determinar la adicción son la desprotección como familia,
las prácticas de crianza, las familias con problemas internos y,
obviamente, el estar o no en la escuela.
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