La mayoría de los artistas se preparan para una gira de conciertos con ensayos, pero en el caso de Amy Winehouse, era la rehabilitación previa a salir de gira.
Estas suelen ser extenuantes para cualquier artista, pues implican un fuerte desgaste físico y psíquico.
La cantante adicta ingresó con anterioridad a su última y calamitosa gira europea, a una clínica de tratamiento por orden del médico. No obstante ello a la semana ya salió, como si algo pudiera cambiar en un lapso tan corto para recuperarse de un problema tan profundo
Esto quedó evidenciado en el primer concierto de la gira, el 18 de junio en Belgrado, donde Amy Winehouse olvidó la letra de sus canciones, se tambaleó por el escenario e incluso pidió a una de las cantantes que le hacía coro que cantara por ella.
No obstante el serio trance por el cual atravesaba, seguían contratándola para que siguiera dando conciertos en el medio de su lucha contra la adicción a las drogas.
La cantante Natalie Cole -como ex adicta a la heroína- criticó a la industria musical después que Winehouse ganó cinco premios Grammy en 2008, incluidos el de disco y canción del año por "Rehab", la canción en la que Winehouse rechaza toda ayuda para rehabilitarse.
Cole dijo que el episodio envió un mensaje equivocado. "Su vida estaba en juego. Trataba de liberarse de la heroína, que es una de las drogas más difíciles para la recuperación", dijo la cantante.
En ese estado, Winehouse no debía tratar de actuar, dijo Cole. Entraba y salía de las clínicas y enfrentaba la mar de problemas desde su triunfo en los Grammy. No había grabado otro álbum y actuaba esporádicamente.
Pax Prentiss, fundador del centro de tratamiento Passages con sede en Malibu, California, considera que es más conveniente para el artista adicto seguir trabajando que llevar una vida desestructurada y sin ayuda.
"Los mantiene ocupados... No me parece que el ocio sea bueno", dijo Prentiss, también un ex adicto. "Pero Amy no estaba lista para volver a trabajar... Evidentemente, no estaba preparada para el escenario o para la vida en general".
Ni la agencia de Winehouse ni su sello grabador respondieron a los pedidos de declaraciones.
Prentiss dijo que el problema de Winehouse tal vez fue que no se abordaron las causas subyacentes de su adicción. Pero consideró que no le correspondía a la industria musical "tratar de manejar la vida personal de Amy".
Cole no estuvo de acuerdo. Sostuvo que la industria tenía la responsabilidad de intervenir y retirar al artista del escenario hasta que pusiera en orden su vida.
"Estos artistas están rodeados de demasiada gente obsecuente. Son fáciles de influenciar, son muy vulnerables", dijo.
Según Cole, Winehouse debería haber evitado los Grammy y otros eventos para concentrarse en la rehabilitación.
Dijo que después de años de abusar de las drogas, tres miembros de su equipo amenazaron con renunciar si no recibía ayuda, y hoy les agradece ese ultimátum.
"Ellos se ocuparon de mí. Eso es lo que se debe hacer. Ocuparse", dijo. "Alguien tenía que ocuparse de esa chica, y no sé si alguien lo hizo".
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