El alcohol es una droga que se encuentra muy integrada en el contexto actual de la sociedad, y en cierto sentido forma parte de la vida cotidiana. Por consiguiente, su consumo no produce un rechazo social, siempre y cuando se consuma dentro de unos límites.
No obstante ello, en la adolescencia el alcoholismo supone saltarse determinados límites, lo cual provoca que se comience a consumir alcohol en cualquier momento del día, en grandes cantidades y sin reparar en las consecuencias negativas que ello conlleva.
Los adolescentes muchas veces niegan sufrir alcoholismo puesto que no se bebe entre semana, sin embargo, sobrepasarse todos los fines de semana y comenzar a depender de ese hábito conlleva también un tipo de alcoholismo, ya que crea dependencia y adicción hacia ese tipo de bebida.
Las personas que acaban dependiendo, paulatinamente comienzan también a beber bebidas alcoholicas también durante la semana, y sin ningún motivo aparente o buscando los motivos donde no existen.
El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que modifica el estado de ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una costumbre social o un rito religioso.
Se caracteriza el alcoholismo por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo
Entre las causas del consumo de alcohol en jóvenes, las más usuales son:
- Para formar parte de un grupo de amigos.
- Para deshinibirse y "quitarse vergüenzas" que les permita hacer cosas que de otra manera no harían.
- Para divertirse más y sentirse bien.
- Por el gusto al sabor.
- Para olvidar los problemas.
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