lunes, 12 de octubre de 2009

Lo que preocupa a los padres

Frente a una investigación encargada a Ipsos Mora y Araujo, que entrevistó a 1.200 padres y madres en todo el país a pedido de la Fundación Proyecto Padres, se ha arribado a la conclusión que la inseguridad en la calle y las adicciones son las dos mayores preocupaciones de los padres que tienen hijos adolescentes.
Una de las consultas a los padres consistió en determinar si ellos mismos pueden generar en la comunidad cambios relativos al desarrollo, esparcimiento y cuidado de sus hijos. La mayoría de los encuestados dijo que sí, no obstante lo cual la mayoría también pidió que los cambios vengan del Estado
Respecto a sus preocupaciones, el 86 por ciento de los encuestados coincidió en que los temas primordiales en la actualidad son la seguridad en la calle y las adicciones, es decir, el consumo de drogas y alcohol.
Según Adrián Dall’Asta, director ejecutivo de la Fundación Proyecto Padres, los resultados son los esperados, y lo que resulta sorprendente es que si bien la mayoría siente que puede ser agente de cambio, que puede hacer algo por su comunidad, admiten por otro lado que no hacen nada y que debería ser el Estado el que resuelva esta acuciante problemática. Los padres están preocupados, pero lo que piden es que las cosas las arregle otro.
El psicoanalista Enrique Novelli, miembro titular de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), sostuvo que “no hay padre en esta época que no tenga cierto temor por el contexto de inseguridad y violencia en el que se vive. Esto en realidad es saludable, porque si no tuviera ningún temor, el padre estaría fuera de contexto. El tema -enfatiza- es que el temor no lleve a que el chico viva encerrado, en una burbuja, sin hacer nada”.
“Lo que deben hacer los padres es hablar mucho y mostrarles a los hijos cuáles son los lugares de peligro, las situaciones complicadas. El problema es que como las generaciones cambian cada vez con mayor velocidad, a veces los padres se sienten muy lejos de sus hijos, por eso es que deben conversar mucho, para aggiornarse y tratar de comprenderlos. Los padres deben ser capaces de poner límites firmes y claros, pero no autoritarios”, agrega Novelli.
La totalidad de los expertos coinciden en lo mismo: los padres recién se movilizan ante la desgracia, cuando lo peor ya pasó.
Stella Maris Gulian, psicoanalista y supervisora del Equipo de Niños y Adolescentes del Centro Dos acertadamente señala que “muchos padres están preocupados pero no saben qué hacer. Se movilizan cuando ya pasó, y lo importante es hacer prevención”.
¿Cómo? Con cariño y contención. Con cuidados. Con palabras. Con mucho diálogo.
Como siempre los extremos son malos, tanto el exceso de protección como desentenderse por completo de los hijos adolescentes implican un riesgo para ellos y en definitiva para su núcleo familiar.
Bregamos por una mayor información para que los padres puedan hablar con conocimientos sólidos acerca de la problemática de las adicciones y los riesgos extremos que ellas implican. Lamentablemente dicha información está ausente o muy dispersa, y en tal sentido considero que el estado, el sector educativo y las ONG’s deben ser los principales responsables en proveer de estos conocimientos a la comunidad toda.

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